MAR DE YOGA FACIAL es un método holístico para el cuidado de tu belleza, tu salud, tu bienestar psicológico y el desarrollo de la consciencia de ti misma.

Inspirado por los principios del Hatha Yoga, en cuanto al trabajo con los tejidos, músculos y órganos del cuerpo, también trata otros aspectos como el Ayurveda, la Medicina Tradicional China,  la nutrición antiinflamatoria y el abordaje antienvejecimiento de la medicina integrativa.

Esta desarrollado para que cualquier persona pueda ponerlo en práctica cómodamente en su casa desde el primer día, aprendiendo progresivamente a lo largo de cuatro módulos, uno por mes. Todos los talleres y prácticas quedarán a tu disposición por tiempo ilimitado, de manera que con un solo click puedas tener acceso a estas prácticas. 

Su objetivo es mejorar y potenciar tus estructuras naturales tanto a nivel estético, como mental, emocional y energético, para conseguir bienestar y salud física.

Desarrolla una amplia consciencia sobre ti misma, a través de la parte más expresiva de tu cuerpo y la que está más directamente conectada con el cerebro: TU CARA.

La naturaleza de tus músculos corporales es igual a la de tus músculos faciales. Si no los ejercitas pierden su tono y dejan de realizar sus funciones de sostén y movimiento.

El trabajo de yoga facial te ayuda a prevenir y mejorar los efectos del envejecimiento en tu cara. Devuelve el tono, la nutrición y luminosidad a los tejidos de tu rostro, a la vez que te ayuda a soltar tensiones neuromusculares que endurecen tus expresiones y generan malestar y dolor de cabeza.

Dedica unos minutos al día a cuidar tu belleza y potenciar tu salud y pronto empezarás a sentir los increibles efectos de la práctica de yoga facial.

De alguna manera, mirar tu cara o la de otra persona, equivale a penetrar en lo más profundo de su vida. Todo lo que existe en nuestro mundo interior adquiere forma visible en todo el cuerpo, pero más concretamente en tu cara.

Somos conscientes de la importancia de cuidar de los músculos del cuerpo para que se mantengan tonificados y flexibles, libres de tensión y con toda su funcionalidad despierta, sin embargo nos olvidamos de aplicar ese cuidado a los músculos de nuestra cara, confiando en que una “mágica crema” coloque todo de nuevo en su sitio . 

En nuestra sociedad gastamos millones de euros en cosmética y tratamientos de belleza facial. Muchos de ellos, no sólo no cumplen lo que prometen, sino que contienen productos muy tóxicos para nuestro cuerpo o son terriblemente invasivos. 

Siento desilusionarte, pero ni la más hidratante, nutritiva y reafirmante de las cremas conseguirá nunca un buen tono muscular que de soporte a tu piel y evite que tu cara se descuelgue y con ella tus expresiones y funciones sensitivas: vista, olfato, gusto, oído….

No hay piel, no hay rasgos, que se mantengan en un rostro donde los músculos que dan soporte a nuestra cara han perdido su tono, donde la grasa que da la forma redonda y suave se ha perdido o movido por falta de sostén muscular. Al igual que todos los músculos, los faciales pierden masa con la edad y aparecen, mucho más visiblemente que en otros lugares del cuerpo, las arrugas, los pliegues, la flacidez, la pérdida de expresión y el deterioro de los órganos de los sentidos.

Cada día realizamos multitud de funciones básicas con los músculos de la cara:  con ellos respiramos, comemos, miramos, reímos, lloramos, olemos, mostramos disgusto, enfado, alegría y muchísimas cosas más….. y además, nuestra cara está siempre expuesta, recibe los rayos del sol y el agua de la lluvia, el frío y el calor, la humedad o sequedad del ambiente, es la parte de ti que siempre está al descubierto, y sin embargo, todos estos músculos son los grandes olvidados en cuanto a su cuidado y mantenimiento.

El desarrollo de la consciencia de tu rostro, es todo un camino de autodescubrimiento, donde podrás observar cómo tus hábitos de pensamiento y emociones, se reflejan inmediatamente en tu cara. Y desde esa consciencia aprenderás a gestionar mente y emociones de una manera que sea favorable para ti.

• Libera las tensiones de los tejidos del cuello y el rostro producidas por el estrés y las emociones negativas, evitando dolores de cabeza, cuello, mandíbula, etc..
• Tonifica e incrementa el volumen y la movilidad de la musculatura facial, reafirmando los tejidos y dando soporte a la piel..
• Alisa las arrugas y/o previene su formación, aumentando la densidad de la piel y haciéndola más tersa.
• Mejora considerablemente la irrigación sanguínea del rostro y la cabeza, favoreciendo la oxigenación y nutrición de sus tejidos e incrementando la capacidad de regeneración celular.
• Favorece la producción de colágeno y elastina.
• Al aumentar el riego sanguíneo hacia la cabeza, mejora también las funciones cognitivas, la capacidad de concentración, la memoria.
• Redefine el óvalo facial y esculpe pómulos y mandíbula.
• Abre y estira el área de los ojos.
• Abre la expresión facial y levanta los rasgos, conservando el aspecto y la energía juvenil a pesar del paso de los años.
• Unifica el tono de la piel y le aporta mayor luminosidad y vitalidad.
• Incrementa la circulación linfática, limpia las células eliminando sus impurezas y favoreciendo el drenaje de los líquidos que se acumulan en el rostro (bolsas debajo de los ojos, hinchazón en las mejillas, etc)
• Crea una mayor simetría en tu cara.
• Estimula los huesos del cráneo para evitar la pérdida de masa ósea.
• Mejora las funciones de los órganos de los sentidos y previene su deterioro.
• Ayuda en la gestión de nuestras emociones, fomentando la expresión de emociones positivas y liberando el estrés.
• A nivel energético, trabaja con puntos reflejos que se encuentran en todo el rostro y las orejas, para trabajar desde la cara con todos los órganos del cuerpo.
• Despierta y estimula el cerebro. Los músculos faciales se comunican de forma directa con el cerebro (sin la intermediación de la médula espinal)
• Trabaja con los tres chakras superiores y despierta una mayor consciencia sobre nosotros mismos y sobre los demás. “Aprendemos a leer las caras”